lunes, 28 de noviembre de 2011

JUANA I la Loca

Juana, la tercera hija de los Reyes Católicos, nació en Toledo el 6 de noviembre de 1479.

Desde pequeña, fue una niña formada y educada. Recibió una cuidada educación, muy marcada por una  moral católica, donde tambien se formó en música o en lenguas latinas.

Juana era una joven atractiva, de rubios cabellos, que era pretendida por muchas casas reales europeas. Como era común, sus padres, convenieron su matrimonio, que finalmente fue con el heredero del Sacro Imperio Romano Germánico. El conocido como Felipe el Hermoso.




En agosto de 1496, la joven Juana partió desde Laredo en una gran flota marítima que la llevaría a tierras de Flandes. Se dice que desde el primer momento que vio a su prometido Felipe, se enamoró perdidamente de él. Se casó, obteniendo los títulos consortes de archiduquesa de Austria, duquesa de Borgoña y Brabante y condesa de Flandes. En los primeros años, tuvo a sus 3 primeros hijos: Leonor, Carlos (futuro emperador) e Isabel. 

Juana tenía un carácter sobrio y católico que chocaba constantemente con la forma de vivir en la corte de Bruselas, mucho más opulenta, libertina y desinhibida. Se dice que Felipe tenía un carácter mujeriego y que engañaba a su mujer. Esto provocó que Juana sufriera de unos enfermizos ataques de celos que era conocidos tanto en la corte española como en la flamenca.

En los años siguientes, los hermanos y herederos de la Corona de Castilla, mueren sucesivamente, haciendo que Juana y Felipe tengan que trasladarse a Toledo en 1502, donde Juana jura como la heredera del reino. Los próximos tiempos serán convulsos para la pareja, pues mientras ésta da a luz en Madrid a su cuarto hijo Fernando, su marido pasaba largos meses en Flandes, lo que acuciaba aun más sus celos y obsesión por él.






El 26 de noviembre de 1504 muere la reina Isabel, por lo que Juana es nombrada Reina de Castilla. Antes de su definitivo traslado a España, tiene en Bruselas a su 5º hijo, la princesa María.

Tras su llegada, el poder del reino está muy disputado. Finalmente sellan un acuerdo, conocido como la Concordia de Villafáfila, a través del cual el rey viudo, Fernando de Aragón, se limitaría tan solo a gobernar su corona, abandonando la regencia de Castilla. A su vez, Felipe sería nombrado Rey de Castilla, con todos los poderes, en igualdad de condiciones que su esposa Juana. Por tanto, las Cortes reunidas en Valladolid nombraron como tal al Rey, Felipe I, en junio de 1506.




Pocos meses más tarde,  Felipe, en una estancia en Burgos, cae muy enfermo tras beber una jarra de agua tras practicar deporte. Se cree que fue fruto de una conspiración, y que aquel agua estaba envenenada. Lo cierto es que murió días más tarde el 25 de septiembre del mismo año, con tan solo 28 años, dejando viuda a la reina.

Juana, que se encontraba aun encinta de su última hija Catalina, cayó en una profunda depresión. Ordenó una comitiva para cumplir con el último deseo de Felipe, ser enterrado en Granada. La caravana avanzaba a un paso muy lento, con una reina ausente de sus funciones, que no se separaba jamás del féretro de su difunto esposo.

Los nobles, cansados de lo que calificaron como estado de demencia de la reina, impulsaron a su padre, Ferando el Católico, a que asumiera nuevamente la regencia de Castilla. En 1509 por tanto, Juana I es apartada de sus funciones por su padre, y es encerrada en un palacio de Tordesillas, acusada de no estar en condiciones mentales para gobernar el reino.




En 1516 muere Fernando. En este momento, Juana hereda en su persona los poderes así mismo de Navarra y de toda la Corona de Aragón, siendo la primera monarca que asume en una sola persona, el poder único y legítimo de todos los territorios que serán conocidos como España.

No obstante, tal honor le sirve de poco, pues el poder no le es devuelto. El Cardenal Cisneros asume la regencia, en espera de la llegada del hijo de Juana y heredero el emperador Carlos, que menor de edad, aun se encontraba formandose en Flandes.

Con la llegada de Carlos, todo sigue igual. Juana sigue confinada en Tordesillas, con su hija pequeña. Cuando esta contrae matrimonio, la reina queda sola y abandonada. Muchas son las voces en las tierras castellanas, que hablan de que la reina no está en absoluto loca, sino que más bien todo se ha tratado de una estrategia orquestada primero por su padre y despues por su hijo y sus lugartenientes, para apartarla del poder de por vida.



Juana, que se quejó por escrito en numersosas ocasiones a su hijo el emperador de las lastimosas condiciones en las que la mantenían encarcelada, sin éxito alguno de ser complacida. El 12 de abril de 1555, la reina Juana I, muere a los 75 años en su cautiverio de Tordesillas.

Juana I, la que fue popularmente llamada Juana la Loca, es uno de los personajes más inspiradores del romanticismo en España. Fue apartada de sus poderes por considerarsela demente, lo que probablemente solo fue un estado de desesperación y depresión causado por sus ataques de celos y la posterior pérdida trágica del gran amor de su vida, Felipe el Hermoso.