miércoles, 11 de enero de 2012

ALFONSO X, "EL SABIO".

El 23 de noviembre de 1221 nace en Toledo el príncipe Alfonso de Castilla y Suabia, hijo del rey Fernando III (San Fernando) y Beatriz de Suabia, nieta del emperador germánico Federico Barbarroja.

Desde pequeño, el príncipe recibió una esmerada educación, incluyendo el conocimiento de las tácticas militares, que lo llevaron por distintas ciudades de todo el reino. En el 1231 con 10 años de edad, asiste acompañado por Alvaro Perez de Castro, a la importante Batalla de Jerez, la que el mismo calificaría de mayor en sus escritos como "la cosa del mundo que más quebrantó a los moros, por que el Andaluzía ovieron a perder e la ganaron los christianos dellos, fue esta cabalgada de Xerez."


Ya en mayoría de edad, la larga enfermedad del rey Fernando, propició que el príncipe Alfonso sin ser rey, estuviera en la primera línea de algunos de los acontecimientos históricos más importantes de la época:
- En 1243 lidera las tropas que realizaron la reconquista del Reino de Murcia. 
- En 1244 firma el Tratado de Almizra, donde Castilla y Aragón marcan la frontera de los territorios reconquistados.
- En 1246 participa en la guerra civil de Portugal a favor de Sancho II.
- En 1247-48 participa en la reconquista del Reino y la ciudad de Sevilla.






El 29 de enero de 1249 se celebra en la ciudad de Valladolid la boda entre el príncipe o infante Alfonso y Violante de Aragón. Violante era hija de Jaime I el Conquistador, y el matrimonio tuvo lugar fruto de las fluidas relaciones que ya habían entre los reinos cristianos de la península. Alfonso y Violante tuvieron 11 hijos (4 más extramatrimoniales) de los que cabe destacar Fernando de la Cerda, el heredero legítimo, y Sancho, el sucesor final, tras la muerte del anterior.


El 1 de junio de 1252, 1 día despues de la muerte de Fernando III, es proclamado como Rey Alfonso X  de Castilla y León.






Alfonso X fue conocido como "el Sabio", ya que tuvo una esmerada educación que le llevó desde siempre a interesarse por los estudios y las letras. Fundó la Escuela de Traductores de Toledo, donde se traducían todo tipo de textos y obras del latín, griego, árabe y hebreo, en uno de los mayores trabajos culturales del medievo. Alfonso el Sabio escribió un imporante número de obras de gran calado en la sociedad de la época, que son hoy día un legado de gran valor histórico para España. Algunas de las principales como:


- Cántigas de Santa María: escritos, poemas y lírica de caracter religioso.
- Las Siete Partidas: un ambicioso código de leyes a implantar en todo el Reino de Castilla, lo que hoy sería una constitución.
- Estoria de España: primera gran compilación de la historia de España hecha hasta la época.
- General Estoria: gran obra que narra los hitos más importantes de la historia universal conocida hasta entonces.
- Lapidario: obra que trata de medicina, magia, astronomía y astrología.
- Tablas Alfonsíes: tablas de observación astronómica, de planetas y otros astros, durante sus años de reinado.
- Libro de los Juegos: obra que trata sobre el ajedrez, dados, tablas y otros juegos.






Alfonso X fue un gran jurista. Interesado por la ley y el derecho. Fundó el Concejo de la Mesta (uno de los primeros gremios de Europa) donde otorgaba beneficios a los ganaderos y pastores. Elaboró muchos tipos de normas jurídicas, como el Fuero Real, el Espéculo y finalmente las Siete Partidas, una suma de todos los elementos del derecho de Castilla unificados en esa obra, que fue fuente de derecho e inspiración para otras normas durante muchos siglos posteriores.


Su reinado se encuentra en medio de una caótica étapa de la reconquista. Una de sus principales obsesiones fue el reparto de la población. Promovió la migración de pobladores del norte, para que se trasladaran a vivir a los territorios andaluces liberados, que comenzaron a repoblar con población cristiana principalmente las ciudades de Córdoba y Sevilla. Fundó así mismo nuevas ciudades en otras regiones del reino que habían quedado despobladas, fundando entre otras Tolosa, Treviño, Aguilar de Campoo y Ciudad Real.








A mitad de su reinado, alrededor del año 1260, el Rey Alfonso tenía grandes aspiraciones imperiales: se proclamó  Rey de los Algarves, tomando el sur portugués para su reino. Habiendo sus tropas reconquistado territorios hasta Gibraltar, se tuvo la intención de lanzar una gran ofensiva para conquistar a los moriscos las propias tierras del norte de África, algo que quedó bajo su mandato en pequeñas expediciones y escaramuzas. Su mayor pretensión, para la que gastó grandes esfuerzos, fue la de ser reconocido (como descendiente directo de Federico Barbarroja) con derecho a la sucesión del Imperio Romano Germánico. Aspiración que jamás logró conseguir.


Los últimos años de este gran monarca fueron muy complicados. En 1264 sufrió importantes revueltas mudéjares (moriscos convertidos) en Andalucía, Murcia y Alicante, lo cual obligó a pedir ayuda a su suegro Jaime I de Aragón. Años más tarde en 1272, nobles descontentos que pedían más dinero y menos políticas centralizadoras,  liderados por un hermano del Rey llevan a cabo otra rebelión, aliándose con el todavía morisco Reino de Granada.






Sus principales problemas vendrían con la sucesión. En 1275 murió su hijo primogénito y heredero, Fernando de la Cerda. Con la ley anterior, el heredero sería Sancho segundo hijo, sin embargo con las reformas hechas por el rey, el heredero sería el hijo del primogénito (tal como ocurre hoy). Esto desembocó en una nueva guerra ya en los años 80, por los partidarios de su hijo Sancho, llegando a controlar casi todo el reino. De este modo, tan solo Sevilla dio su apoyo fiel e incondicional al rey Alfonso en esta guerra, ciudad a la cual se trasladó y permaneció casi recluido. El rey desheredó a su hijo Sancho de todas sus posesiones, pero murió al poco tiempo y Sancho acabó heredando el trono.


Alfonso X el Sabio, moría el 4 de abril de 1284 en Sevilla, ciudad en la que sigue enterrado a día de hoy. Su corazón y entrañas descansan en una urna en la catedral de Murcia, la otra ciudad que permaneció leal.






Cuentan los dichos populares que el simbolo de la ciudad de Sevilla NO 8 DO significa "No madeja do" (no me ha dejado) que fué una frase que hipotéticamente pronunció Alfonso X el Sabio sobre Sevilla, la ciudad que permaneció fiel al Rey hasta su muerte.