martes, 11 de enero de 2011

CRISTOBAL COLÓN: El descubridor

Cristóbal Colón fue un personaje enigmático. Toda su historia se ve envuelta en una gran incógnita: no se sabe donde nació.

Se especula con que pudo nacer en 1451 o en 1456. Según los estudios realizados, lo más probable es que fuese oriundo de la República de Génova, hoy día en Italia. Sin embargo, Colón no dominaba la lengua italiana, y la mayor parte de sus escritos conservados son en la lengua española. Estos estaban además mezclados comunmente con muchos portuguesismos y latinismos, lo que tampoco deja claro cual era la lengua materna del navegante. Incluso se dice que hablaba la lingua franca, un idioma mestizo, que fusionaba elementos de muchos idiomas, y que era comunmente usado por navegantes y comerciantes de todas las naciones del Mediterráneo.

Colón, de hecho, nunca firmaba los documentos con su nombre, sino que siempre utilizó otras palabras, y firmaba en un principio como Xpo FERENS (portador de Cristo, es decir, Cristóbal), y posteriormente lo hacía como El Almirante.



No se tiene mucha constancia de como fue la vida del navegante hasta 1476. En este año, en un viaje a Inglaterra sufre el ataque de un corsario, y su barco naufraga en las costas del sur de Portugal. Desde ahí, Cristóbal se trasladó a Lisboa. En dicha capital vivió varios años, y en 1479 contrajo matrimonio con doña Felipa Moniz, perteneciente a la nobleza portuguesa, con la que tuvo , un año después, su primer hijo, Diego Colón. Durante los años sucesivos, vivieron entre Lisboa y las islas de Madeira y Porto Santo. Cristóbal realizó mientras tanto numerosos viajes a través de las rutas de navegación portuguesas, hacia las Islas Británicas y hacia el Golfo de Guinea.

Se dice que probablemente, en algun viaje al norte de Europa, Colón tomó las ideas de marineros islandeses, los cuales aseguraban llegar a tierra hacia el oeste en una distancia mucho menor a la que se suponía que se encontraban las tierras del sol naciente. En esa época, el comercio de la seda y las especias a través de Asia se había resentido, sobre todo por la expansión islámica en Oriente Medio, por lo que las rutas marítimas con oriente y las Indias para comerciar sin intermediarios, se hicieron más importantes.



Por ello,  en 1483 Colón presenta por primera vez sus planes para explorar la nueva ruta atlántica. Su propuesta es examinada por Juan II, rey de Portugal. Pese a gustarle la idea, esta se rechaza tras ser analizada por la Junta dos Matemáticos, que consideran desorbitado el coste del proyecto.

En 1485 muere Felipa, su esposa y dada la falta de apoyo por la corte portuguesa, Cristóbal decide trasladarse con su hijo al vecino y pujante Reino de Castilla, buscando financiación para su empresa. En sus inicios, se hospedó en el monasterio de La Rábida, en Palos de la Frontera. Allí comienza a hacer amistades de personajes próximos a los Reyes Católicos. Pronto se trasladó a Córdoba, donde se encontraba instalada la itinerante corte real española. Esto le sirvió para acercarse aun más al entorno real, y su amistad con Hernando de Talavera, le consiguió una audiencia con la reina Isabel, a la que le expuso su proyecto. Esta se interesó por sus planes, pero ordenó que fueran analizados por un consejo que, tras reunirse en la Universidad de Salamanca, determinan el proyecto como inviable.

En Córdoba conoce a Beatriz Enríquez de Arana, fruto de la que nace su segundo hijo Hernando. En estos años Colón intenta volver a vender su proyecto en Portugal, y tambien lo intenta con otros personajes de la nobleza española, con todos sus intentos en vano. En 1491 es llamado por la reina Isabel, quien le asegura que se hará cargo de su empresa tan pronto conquisten Granada. El proyecto vuelve a ser rechazado por costoso. Al final, sale adelante gracias al valenciano Luis de Santángel, quien concede en préstamo 1.140.000 de maravedíes.

En abril de 1492, tomada Granada, el Conde de Elda en representación del reino, pacta las condiciones de las Capitulaciones de Santa Fé. En dicho documento, los reyes otorgaban a Colón los títulos vitalicios y hereditarios de Almirante y Virrey, así como gobernador general de los territorios descubiertos o ganados. Le correspondía además un diezmo de los beneficios de dicha empresa, y algunos privilegios jurídicos y económicos más. Además la corona se comprometía a poner a su disposición varias carabelas dotadas de triuplación.



Una vez de vuelta al puerto de Palos de la Frontera, Colón fue recibido como un extraño, y se vió envuelto en serias dificultades para conseguir tripulación. Pronto contactó con prestigiosos marineros locales, como es el caso de Martín Alonso Pinzón. Este ofreció parte de su fortuna personal en dar más financiación a la empresa, y usó sus contactos para arrendar las naves necesarias y dotarlas de tripulación.

Finalmente el 3 de agosto de 1492 partían de Palos 3 barcos y 90 tripulantes repartidos en una nao, la Santa María (capitaneada por Cristóbal Colón); y dos carabelas, la Pinta y la Niña, capitaneadas por Martín Alonso Pinzón y Vicente Yañez Pinzón respectivamente. La flota hizo una escala de varias semanas en las Islas Canarias, en Gran Canaria y La Gomera, de donde parten de nuevo el 6 de septiembre. El viaje fue muy largo y tortuoso, donde la desesperada tripulación llevó a cabo varios motines, sofocados por los hermanos Pinzón.



El 12 de octubre de 1492, el día que se cumplía el plazo de ultimatum del capitán para dar por suspendida la expedición, el grumete Rodrigo de Triana da el grito de "tierra a la vista". Arriban así al primer territorio americano descubierto, la isla de Guanahani (San Salvador) en las Bahamas. El viaje continuó por Cuba y La Española, donde la malograda Santa María quedó encallada. Se construyó la primera colonia con los restos de la nao y allí quedaron algunos tripulantes. La Pinta llegó a Bayona el 1 de marzo del siguiente año, y la Niña a Lisboa 3 días despues.



Colón fue recibido por los reyes, y pronto las nuevas se fueron repartiendo por toda Europa. El almirante realizó 3 viajes más en los que se exploraron las Antillas, la costa de Venezuela, y el istmo de Centroamérica, a pesar de lo que Colón no era consciente de encontrarse en un nuevo mundo, sino que creían que eran tierras del lejano oriente, dentro de los dominios del Gran Kan.

La Española, gobernada por Colón y sus hermanos, sufrió revueltas, ya que las condiciones de vida eran muy duras, los tesoros de la isla escasos, y no se seguían las órdenes de la corona de tratar a los indígenas como súbditos de Castilla. Por ello Cristóbal sería detenido y enviado a España, donde finalmente muere en Valladolid, el 19 de mayo de 1506.

La historia del almirante Colón no acaba con su muerte, pues la polémica surgida con sus restos se ha extendido a lo largo de los siglos. Fue enterrado inicialmente en Valladolid, de donde fue trasladado al Monasterio de la Cartuja en Sevilla. En 1542 el cuerpo fue trasladado, por deseo de su hijo Diego, a la ciudad caribeña de Santo Domingo. Tras la ocupación francesa en 1795 fue trasladado a La Habana y en 1898 fue traído de vuelta a la Catedral de Sevilla, donde permanecen hoy en día.

No obstante, en su ataud no se encuentra todo su esqueleto, por lo que probablemente los restos del almirante descubridor, se encuentran repartidos entre Sevilla, en el viejo mundo, y Santo Domingo, en el nuevo.

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